Fue un gran reto, en una casa con una estructura muy delicada, con cubiertas de madera en la parte inferior de las frágiles paredes, teníamos que ser muy cuidadosos con los trabajos que realizábamos.
Nos decidimos por una estructura irregular de vigas de madera, que transformó el antiguo espacio en una moderna sala de exposición. Con luz indirecta, iluminamos las grandes impresiones de las fotos en blanco y negro, tomadas por la fotógrafa peruana Evelyn Merino-Reina que estaban detrás de la estructura.
El jurado no nos otorgó ningún premio, pero Fernando y yo sentimos que habíamos ganado mucho en el proceso.